lunes, 14 de julio de 2014

Tartas artesanales, bonitas y a precios competitivos, son posibles

A pesar de los tiempos que corren, me estoy dando cuenta de que la gente, cada vez más, está volviendo a preocuparse por comprar cosas hechas a mano, personalizadas y de carácter natural y artesano, y no me refiero solamente al sector de la restauración y más concretamente al mundo del dulce, si no que lo extrapolo a todos los ámbitos de la sociedad en general. 



Es cierto que la crisis, está haciendo estragos en muchos planos de la vida económica y personal de nuestro país y del resto del mundo, pero también, intentando ser positivos, nos está abriendo puertas para "reciclarnos," para sacar el máximo partido a los recursos disponibles y para conectar de nuevo con el lado creativo que todas las personas, en mayor o menor medida, tenemos. 




El servicio personalizado, los pequeños detalles "handmade," los comercios minoristas con personalidad, los mercadillos callejeros, reflejan ese estilo vintage que se viene imponiendo desde hace  no muchos años, pero que sin embargo, es de carácter auténtico y muy, muy actual.        

Detrás de un trabajo  a la carta hay fundamentalmente, tiempo invertido, cuando además es artesanal, los procesos productivos se simplifican y dejan a un lado las técnicas avanzadas para volver a reencontrase con lo más básico y sencillo: el trabajo manual. 

Las materias primas normalmente no están procesadas y las reproducciones en serie se quedan a un lado, dando paso a una producción menos numerosa pero única y diferente.





Y es cierto, que poco a poco, son cada vez más, las personas que se suben a este carro, porque prefieren adquirir productos o servicios donde saben que el proceso de fabricación, es único, cuidado, personal y está, en la menor medida de lo posible, alterado, respetando al máximo, "lo natural".



Con esas premisas por bandera nace Monicakes, donde el Amor por lo dulce, se suma al respeto por los procesos productivos naturales de antaño, sin dejar, claro está, de seguir renovándose, para ofrecer un diseño y unas técnicas actuales hechas a medida del consumidor.


Es cierto, que si lo comparamos con las maxi producciones de fábricas, hechas en serie, el precio de los productos personalizados  es más elevado, que duda cabe, pero una vez más, nos encontramos con la demanda de un público que se esfuerza, pese a la inversión desembolsada, en adquirir calidad y diferenciación en pos de cantidad  y es lo que me lleva a intentar cada día  a adaptarme, en la medida de lo posible, a este tipo de consumidores, respetando siempre, los márgenes que me posibiliten la viabilidad de mi aventura pastelera.  




Mi intención, es que los productos personalizados que hacemos en Monicakes sean accesibles para todos los públicos, siempre y cuando conozcan el trabajo que implica la realización de los mismos y no quieran equipararlos a los de carácter industrial.




Por eso, últimamente el pequeño formato está teniendo gran aceptación y acogida entre los nuevos clientes, que  apuestan por una pastelería de diseño y calidad a precios más que competitivos donde una tarta a gusto del consumidor para seis y ocho personas puede rondar los 20-25 euros.


El buen gusto por las cosas bien hechas, de calidad y bonitas a nuestros ojos, no tiene porque estar reñido con precios competitivos al alcance, de prácticamente, todo  el mundo.


Desde aquí os animo a que os suméis al carro de los productos-servicios personalizados y artesanales y como no, a los que oferta con cariño, como siempre, Monicakes.




¿Quien se apunta? 

Feliz comienzo de semana